Edimburgo es conocida por ser una de las ciudades más hechizadas de Europa, con un pasado de asesinatos, brujería y peste. Sus callejones han sido testigos de las dos caras de la ciudad: belleza y horror.
En este callejón de la foto , en 1806, se encontró el cadáver acuchillado de un mensajero del banco que transportaba más de £4 000 en efectivo. ¿Lo curioso? Un tiempo después, el dinero se descubrió oculto en una pared…
También hemos visto en estos callejones los burglar steps, una especie de escalones antirrobo. Un ladrón se cuela de noche en el hogar y sube con sigilo las escaleras, pero, al encontrar un escalón con una altura mucho más alta de la esperada, tropieza y, de este modo, alerta a los dueños de la casa.
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